Mindfulness

Este término se ha definido de diversas formas en diferentes escritos sobre el tema, pero más o menos todas las definiciones de mindfulness coinciden en dos aspectos:

 

  • Una conciencia deliberada de tu estado presente, tus pensamientos y sentimientos.
  • Una actitud abierta hacia estos, sin juzgar.

 

Es el ejercicio mental de consciencia plena tiene que ver con estar atento, lúcido y adoptar una disposición libre de crítica con el objetivo de estar más al tanto de tus PENSAMIENTOS para evitar sentirte abrumado por ellos, y así poder manejarlos mejor.

 

El mindfulness requiere esfuerzo, pero vale la pena.

 

Para lograr un estado de consciencia plena hace falta dedicar tiempo para entrenar tu mente. No es una varita mágica que funciona de manera inmediata, pero cuanto más te esfuerzas para lograrlo, más podrás percibir los buenos resultados.

 

La consciencia plena, es la energía de estar consciente y despierto en el presente. Es la práctica continua de tocar la vida profundamente en cada momento.

 

La práctica de la consciencia plena no requiere que vayamos a ningún lugar diferente. Podemos practicar la consciencia plena en nuestra habitación o en nuestro desplazamiento de un lugar a otro. Podemos seguir haciendo las mismas cosas que hacemos siempre, andar, sentarse, trabajar, comer, hablar, con la diferencia de que las hacemos siendo conscientes de lo que estamos haciendo.

 

A menudo estamos tan ocupados que nos olvidamos de lo que estamos haciendo o de quienes somos. Conozco muchas personas que dicen olvidarse incluso de respirar. Nos olvidamos de mirar a las personas que amamos hasta que se han ido. Incluso cuando tenemos algún tiempo libre, no sabemos cómo entrar en contacto con lo que está ocurriendo dentro de nosotros. Así que encendemos la televisión o cogemos el teléfono como si de este modo pudiéramos escapar de nosotros mismos.

 

La consciencia de la respiración es la esencia de la consciencia plena. Según el Buda, la cons­ciencia plena es la fuente de la alegría y la felicidad. La semilla de la consciencia plena está en cada uno de nosotros, pero generalmente olvidamos regarla. Si sabemos cómo tomar refugio en nuestra respiración, en nuestros pasos, podremos tocar nuestras semillas de paz y alegría y dejaremos que se manifiesten para nuestro regocijo.